Paseo V: Un hogar en el cielo: cuando la realidad supera la imaginación

Paseo V: Un hogar en el cielo: cuando la realidad supera la imaginación

«En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si no fuera así, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» Juan 14:2,3

 «Desde niña, la Sra. Fredricksen había soñado vivir en los parajes paradisíacos del Parque Nacional Canaima (Venezuela), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y donde, entre otras maravillas, se encuentra el salto de agua más alto del mundo. Una vez casados, el Sr. y la Sra. Fredricksen comenzaron a apartar regularmente un dinero para realizar el ansiado viaje a Sudamérica, pero un imprevisto seguía a otro y nunca llegaba el momento ni el ahorro oportunos. Hasta que un día la Sra. Fredricksen falleció y para el Sr. Fredricksen el hogar que habían construido juntos se quedó vacío. Al no haber tenido hijos no le quedaba al pobre hombre nada que le merciera la pena, excepto los recuerdos de su esposa y el reto de cumplir su última voluntad: viajar a las cataratas venezolanas ‘Paradise Falls’.»

 Esta historia, que contada así parece de lo más verosímil, no es otra que una parte del argumento de la película de animación UP, dirigida por Pete Docter y premiada con dos Globos de Oro y dos Óscars a la mejor película animada y mejor banda sonora en 2010. Pero lo que para la factoría Pixar fue una magistral muestra de imaginación al poder, el equipo de National Geographic Channel, junto a un grupo de científicos e ingenieros en Los Ángeles (California), fueron noticia esta semana por conseguir recrear la casa voladora de la película levantando una casa de 25 metros cuadrados con 300 globos de colores hinchados con gas helio.  >> Ver vídeo

Coloquialmente se dice que la realidad supera la ficción, pero en esta ocasión la idea de una casa en los cielos, me evoca un hogar prometido que nunca ha sido ficción, sino una realidad muy auténtica.

Antes de ascender a los cielos (y sin necesidad de globos de helio), Jesús hizo saber a sus discípulos que iba a preparar un lugar en la casa de Su Padre. Pero algo tan gráfico e ilustrativo les resultó cosa complicada de entender y para Tomás incluso imaginaria ¿a qué se refería con ir a una casa del Padre con muchas moradas? ¿Qué moradas? “Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino?” (Jn 14:5) Y Jesús tuvo que reenfocarle de nuevo la realidad: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.” (Jn 14:6)

Aquellos que esa noche se encontraban en el aposento alto, la habitación elevada, no esperaban lo que pronto iba a suceder: Jesús sería crucificado y con ello se truncarían todos sus sueños de alcanzar el paraíso en la Tierra. Tendrían que volver a aprender a superar sus limitaciones, a vencer su miedo a volar, porque Jesús pensaba en otro Paraíso, uno que se encuentra en dirección ’UP’, más arriba de los límites de que nuestras mentes finitas, una morada eterna en las alturas donde cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman.(1ªCor 2:9) Un hogar, el hogar’ donde no volveremos a despedir jamás a ningún ser amado y podremos dejar volar nuestra ilusión, gozando una feliz realidad, sin miedo a que sólo sea producto de nuestra imaginación.

¿Deseas a tu familia un hogar así? ¡Pues ya somos otro más! ¡Volemos con Jesús desde ahora hacia el hogar celestial!

 

¡Feliz sábado!


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«Instruye al niñ@ en su camino y ni aún de viejo se apartará de él Prov. 22:6