Paseo I: Un pensamiento en verde

Paseo I: Un pensamiento en verde

«Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por vosotros! (...)» Mateo 6:30

¿Alguna vez os habéis quedado observando la hierba detenidamente? Cuando paseamos por el campo visionamos el paisaje general más que los detalles, en el bosque contemplamos más las copas de los árboles que el suelo, en los parques urbanos miramos con más atención las coloridas flores y setos podados con gusto, en las casas con jardín observamos ante todo su construcción, incluso en los campos de fútbol estamos más pendientes del juego y sólo llama la atención el césped si está en mal estado. Es cierto, la hierba pasa desapercibida tantas veces... Pero imaginaos por un momento cualquiera de las vistas anteriores sin hierba... ¿no le falta algo? ¿un toque, digamos, verde? Si no fuera el verdor de la hierba ¿no os resultarían demasiado grises?

Esta cualidad cromática se debe al pigmento de la clorofila, una molécula presente en las células vegetales con capacidad para captar la energía de luz solar que se requiere para las reacciones químicas de la fotosíntesis. Sin clorofila no hay fotosíntesis y sin fotosíntesis no habría vida, pues su misión es transformar materia inorgánica (inerte) en materia orgánica (de la que se constituyen los seres vivos) con la energía lumínica.

¿Os dáis cuenta lo maravilloso que es nuestro Creador? Comenzó dotando al planeta de luz en su primer día, el segundo día creó la atmósfera y separó las aguas y el tercer día ordenó que la tierra seca produjera “hierba verde, hierba que dé semilla y árbol de fruto (...)” (Génesis 1:11).

Hierba verde... muchos comprenden esta primera parte de la Creación como una base previa, el escenario indispensable para que después pudieran aparecer en el siguiente acto peces, aves, animales y finalmente el ser humano.

Me gusta imaginar a Dios como un artista creando con exquisito detenimiento cada detalle de la recién estrenada obra de arte de la naturaleza, y ¡cómo habrán disfrutado Adán y Eva recibiendo esas clases magistrales de botánica, bioquímica y biología molecular...!

Efectivamente, si Dios puso tanto esmero en la hierba, esa insignificante pero imprescindible plantita a quien ni tú ni yo solemos prestarle demasiada atención, ¡cuánto más se preocupa de ti y de mí: la obra maestra de su Creación!

Si hoy tenéis la oportunidad de pasear por alguna zona verde en la ciudad, o por un bosque o campo cercanos, os invito a aprovechar para captar la atención de vuestr@s hij@s sobre el detalle de una hojita verde, o de ese pedacito de hierba que antes de ser pisada o echada al fuego, puede ofrecernos valiosas enseñanzas del Creador.

¡Feliz sábado en el Bosque.d’A&P!


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«Para educar a un niñ@ hace falta la tribu entera Proverbio africano

«Instruye al niñ@ en su camino y ni aún de viejo se apartará de él Prov. 22:6