Si digo que estas fechas son muy especiales, no estaría diciendo nada nuevo. Tal vez podríamos ahondar en lo especiales que son. Por ejemplo, comentar como hemos convertido el fin de año en un caos y un derroche inconcebible, en tardes insoportables de compras y estrés, o en la cantidad de personas que, como en otoño y primavera, caen en depresiones y diversos trastornos, en días “después” de resaca y acidez, kilos de más y un largo e incómodo etcétera.
¿Cómo lo vives tú? ¿Cómo lo vive tu familia? Si hay niños en casa o cerca de tu vida. ¿Te has planteado como enfocar la navidad, los regalos y los festejos de una manera cristiana, acorde a tus creencias?
Papá Noel, los reyes magos, quién es qué, qué pinta qué. Papá Noel en una navidad cristiana, el árbol de navidad y los regalos que esperan los niños sintiendo que todo el rollo va con ellos. Vuelvo a preguntar ¿Te has planteado algo de todo esto, o simplemente te dejas llevar?
Pues si sólo te dejas llevar, ya éramos dos.
Pero éramos, porque éste año es distinto. De pronto, al tener una hija, todo en la vida cobra más responsabilidad. Sé que a ti también te pasa. Y todo lo que antes era simple y sin especial significado, ahora se vuelve trascendente y delicado. Estoy programando una pequeña mente. Si quiero dejarle la coherencia como regalo, no puedo vivir sin más fechas como estas. Así que, aprovechando la maternidad y sus pocas horas libres, me he propuesto replantearme mis vivencias navideñas y comenzar a crear recuerdos bonitos y sanos en mi hija.
No os preocupéis. Las ideas prometidas llegan en algunos párrafos más. Solo dejadme compartir con vosotros algunos planteamientos.
Como componemos una familia Hispanoamericana, papá español, mamá argentina, hemos descubierto que estas fiestas son parecidas, pero no iguales para nosotros. Así que hemos tenido que dedicar unos momentos para hablar y ver cómo festejaríamos estas fechas.
Navidad en España, por su fuerte tradición, se festeja muy centrada en el Belén, o en el pesebre. Lo cuál es bonito y facilita las cosas en la educación cristiana de los niños. En América, todo está centrado en Papá Noel, por lo que para los niños es un poco más complicado de entender. Su cabeza se divide entre una fiesta a un niño que nació hace dos mil años, y un gordo feliz que les trae regalos. Por lo general se quedan con el gordo, así que el pesebre y ese niñito en pañales, pasan a un plano totalmente secundario.
Hemos decidido en casa que nos dedicaremos a dejar claro en la cabecita de nuestra hija que en Navidad se recuerda el nacimiento de Jesús. Del que le hablamos cada día, con quién hablamos en oración. Por lo que, de alguna manera tiene que sonarle especial, al menos si hay una relación diaria con ese “sujeto”.
Se le explicará que Jesús nos dejó un mensaje claro, teníamos que amarnos mucho unos a otros, porque como él nos amaba mucho y se tuvo que ir, quedábamos juntos para mostrarnos ese amor hasta que él vuelva. Y entonces, como él no puede estar presente para recibir esos regalos, pero sigue vivo, nos ha dicho que los regalos de su cumpleaños se los demos a otros para mostrarles ese amor del que hablábamos.
Así, la navidad no estará centrada en los niños, sino en Jesús y tal vez así, contribuyamos a educar personas menos egocéntricas y egoístas, y lo que es mejor, un poco más coherentes.
Aquí entra en juego la figura de Papá Noel. No estoy de acuerdo en decirle a mi hija que Papá Noel no existe solo porque en mi cabeza de adulta eso es lo más coherente. Porque aún recuerdo a Papá Noel en mi cabeza de niña, y la ilusión que me daba era chulísima. Esta ilusión no me volvió menos cristiana pero tal vez no me permitió vivir la navidad como lo que realmente es. Como a los niños no les gusta ni les hace bien sentirse un bicho raro, que todos crean en Papá Noel y ellos no, pues me he decidido a contarle “la verdadera historia de Papá Noel”.
Papá Noel era un hombre que vivía en un país nórdico, donde hace muuuucho frío. A pesar de tanto frío, en su corazón brillaba el amor de Jesús. Noel había comprendido que el día en que Jesús cumplía años, como ya no estaba en esta tierra para darle su regalo, debía darles esos regalos a las personas que Jesús más quiso cuando estuvo en la tierra, los niños. Así que comenzó poco a poco a darle a los niños de su pueblo unos tímidos regalos, pero esos regalos se fueron multiplicando (porque cuando uno da, siempre tiene más) y tanto se multiplicaron los regalos que tuvo desde entonces la posibilidad de preguntarle a los niños qué regalo les hacía más ilusión. Es que los quería tanto, tanto amor de Jesús había en su corazón, que deseaba darles justo eso que soñaban. Por eso es que desde entonces los mejores amigos de Jesús, los niños, comenzaron a escribir sus cartas a Papá Noel, y él, a través de las personas que más quiere a esos niños (que son sus padres) les hace llegar los regalo que serían para Jesús, pero que como no está aquí, se los da a sus mejores amigos.
A partir de lo dicho, queda por dejar claro que haríamos luego con los señores Reyes, que llegarán un poco después en el calendario, y que también tiene que tener claro. Pues, como la historia del nacimiento se repetirá en varios momentos. Será bueno que se haga énfasis en que hubo otras personas muy buenas, pero estos vivieron en la época de Jesús, bastante antes que Papá Noel. Fueron los Reyes. Ellos pudieron conocer a Jesús en persona, fueron privilegiados, porque fueron los únicos que de verdad pudieron asistir al cumpleaños de Jesús. Le llevaron un regalo super especial cada uno. Pero también allí comprendieron que el mejor regalo que podían dar era querer mucho a los demás, y que como Jesús, aunque sigue vivo, ya no estaría en esta tierra, los regalos se los traerían a los mejores amigos de Jesús, los niños. Así que, quién pudiera volver a ser niño, para recibir tanto amor a través de tantos regalos.
Y así termina la “Verdadera Historia de la navidad cristiana”.
Sin más, algunas ideas para hacer de estas fechas realmente especiales e inolvidables. Que construyáis recuerdos felices. Acordaros: La repetición construye recuerdos, los recuerdos hacen historia y la historia familiar nos acompaña toda la vida, nos recuerda quienes somos, a dónde vamos. Nos da identidad y carácter. En síntesis, no es algo para descuidar. Feliz Navidad!!!
FELIZ NAVIDAD!!!
«Para educar a un niñ@ hace falta la tribu entera.» Proverbio africano