¡Cuidado con el sol!

24.10.2012 22:36

Diez recomendaciones para proteger adecuadamente a los niños de la radiación solar excesiva:

1. Evitar la exposición directa al sol en los primeros meses de vida. Los recién nacidos no deben exponerse directamente a los rayos de sol. Se debe seguir extremando las precauciones hasta que cumplan un año, ya que los más pequeños tienen una piel muy sensible al sol, más delgada y delicada, con poca capacidad de generar melanina, muy susceptible a las radiaciones solares y en general unas defensas menos desarrolladas. Está bien estudiado que la exposición a los rayos solares en los primeros años de vida puede ser origen de tumores de piel en la edad adulta, ya que es capaz de iniciar el proceso de mutación que desencadena el melanoma.

2. Salir de paseo en las primeras horas del día o al caer la tarde. Con unos minutos de paseo es suficiente para sintetizar la vitamina D que necesitan los huesos de los bebés. De este modo también se evita el peligro de sufrir un golpe de calor.

3. Proteger al bebé con sombras tupidas y ropas ligeras, preferiblemente de algodón y de colores claros.

4. Utilizar gorros y sombrillas para cubrir la cara y el cuello.

5. El niño más mayor debe ir al sol en las horas de poca intensidad, protegido con ropas adecuadas y siempre con filtros físicos (sombras, gorros, ropas ligeras...) y químicos (cremas).

6. A partir de los seis meses, elegir cremas para el sol especiales para niños para las zonas que quedan al descubierto como la cara y las manos o pequeñas áreas de piel. Pediatras y dermatólogos desaconsejan las cremas de protección solar antes de los seis meses, e incluso recomiendan usarlas con precaución antes de que cumplan un año

7. Aplicar la crema unos 30 minutos antes de salir de casa y repetir la aplicación cada dos horas, independientemente de que sean resistentes al agua.

8. Optar por cremas, leches o lociones solares, pues son más hidratantes que las presentaciones en espumas y geles.

9. Utilizar un factor de protección superior a 30 y que cubra tanto los rayos UVA como los UVB. El objetivo del fotoprotector es complementar los otros métodos de protección (sombra, ropa…), nunca para prolongar el tiempo de exposición solar.

10. Elegir filtros físicos, a base de óxido de zinc y dióxido de titanio, considerados menos irritantes y que ofrecen un filtro más tupido a la piel. Se trata de evitar al máximo los productos químicos que pueden contener los cosméticos solares, ya que la superficie corporal de los bebés es muy pequeña y eso aumenta el riesgo de absorción de productos nocivos a través de la piel, que pueden causar irritaciones, reacciones alérgicas u otras intoxicaciones.

 

Fuentes:

Academia Americana de Pediatría.

Consejo Australiano del Cáncer. 

https://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/05/25/pielsana/1337947274.html

 

 

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